jueves, 11 de noviembre de 2010

Ya era hora de empezar

Ya casi olvidé la primera vez que me senté frente a una PC para navegar por Internet. Recuerdo, eso sí, que el primer sitio que visité fue el de la serie española "Aladina" que por esos días transmitía la televisión. Durante años sentí la fascinación de quedarme horas y horas en ese recorrido virtual en busca de miles de cosas, hasta no poder cerrar los ojos del ardor. Mas de 8 años después resulta que escribo mi primer blog, con la terrible sospecha de que será algo así como un diario secreto que leeré yo mismo.

¿que decir?, ¿que escribir en mi primera entrada? 

hoy he estado trabajando parte del día en el grupo que he creado en facebook para divulgar un poquito mas sobre los cinco cubanos que hace doce años sufren prisión en los Estados Unidos por su trabajo al servicio de nuestros pueblos en contra del terrorismo. 

El grupo se llama "Yo sé que volverás...". He escuchado cientos de veces la canción de Manzanero, y me imagino a Adriana, Olga, Carmen, Irma, tantos seres queridos de nuestros cinco hermanos. Mientras la música en la voz de Luis Miguel repite una y otra vez la frase, como para que no quede duda, yo imagino a cualquiera de ellos, luego del bullicio del día, de las reuniones, encuentros, explicaciones, sentado(a) en el portal, mirando las estrellas, ajeno entonces a los miles, tal vez millones que ya comparten su anhelo, en esa soledad que nada ni nadie puede llenar fuera del ser amado, diciendo una y otra vez: Yo sé que volverás...

Tal vez con el tiempo este blog muera (lo deje morir), o tal vez un día no tenga como contar las entradas, pero siempre tendrá sentido esta primera, no solo para los CINCO, sino sobre todo para aquellos que han sabido llevar en su amor el amor de muchos, y hoy, en algún portal, mirando las estrellas, estarán diciendose, diciendoles, Amor, hijo, Papá, Hermano: Yo sé que volverás

PARA TODOS, LAS PALABRAS CON QUE ABRIMOS NUESTRO GRUPO EN FACEBOOK

Siguen ahí, mirándonos desde las fotos, los pulóvers, las pancartas, las imágenes televisivas, con sus rostros alegres que hasta los niños pueden evocar con solo cerrar los ojos, sus rostros alegres de cubanos de la calle, como tú y como yo...

Siguen ahí, mirándonos a los ojos con sus sonrisas, como recordándonos que hay una obra linda que defender, como conciencias críticas sentados a nuestro hombro, diciéndonos al oído que no podemos cansarnos...

Siguen ahí, convictos pero alegres, seguros de que vencerán, seguros de que vencieron, encerrados por el delito de seguir siendo cubanos hasta el final, cubanos de los buenos, de los que no se rinden, de los que no reniegan hoy por cobardía de aquello por lo que ayer estuvieron dispuestos a morir...

Siguen ahí, rostros visibles de ese ejército de soldados anónimos que estuvieron, están y estarán allá y acá, escondiendo detrás de sus máscaras de enemigos, sus verdaderos rostros de hermanos, cuidando en secreto que podamos seguir viviendo tranquilos, renunciando a sus sueños por los nuestros, “porque hay cosas que para lograrlas, han de andar ocultas”...

Siguen ahí, impedidos desde hace años de abrazar a sus hijos, a sus madres, a sus esposas, de disfrutar de una fiesta de amigos, de bañarse de sol en una playa, de ver pasar las horas frente a una mesa de dominó, de caminar por la calle sin hacer nada, respirando este aire, de tantas y tantas cosas que tu y yo hacemos todos los días

Siguen ahí, presentes en cada combate, en cada victoria, confiados en su pueblo, en gente como tú y como yo, convencidos de que no los olvidamos, seguros de que volverán...
Seguros de que los traeremos.