Más de 2,200 páginas de documentos obtenidos por FOIA
por Gloria La Riva
Coordinadora, Comité Nacional por la Libertad de los Cinco Cubanos
En 1998, cinco hombres cubanos fueron
arrestados por el gobierno de EEUU, y juzgados en Miami acusados de
conspirar para cometer espionaje en los Estados Unidos.
La misión de estos cinco hombres era detener
el terrorismo, manteniendo bajo observación a los extremistas de
ultraderecha en Miami, con el fin de prevenir sus violentos ataques
contra Cuba. “Los Cinco Cubanos”, como se les conoce actualmente, fueron
condenados después de que la jueza les negara repetidamente el cambio
de la sede del juicio a un lugar fuera de Miami. El gobierno de EE.UU.
insistió en que fueran juzgados en Miami.
Lo que los Cinco Cubanos y sus abogados no
supieron durante el juicio, fue que el gobierno de EE.UU., a través de
su agencia de propaganda oficial, el Buró de Gobernadores de
Transmisiones (BBG), les estaba pagando en secreto a prominentes
periodistas de Miami, que, al mismo tiempo que el gobierno hacía su
acusación, saturaban los medios de Miami con reportes que eran altamente
provocativos y perjudiciales para los Cinco Cubanos.
La presencia de periodistas de Miami en las
nóminas de pago del gobierno de EE.UU., quienes pretendían reportar como
si se tratara de prensa “independiente”, va a lo más intrínseco en la
injusta condena de los Cinco, quienes no solo fueron víctimas de una
acusación por causas políticas, sino también de la operación de
propaganda realizada por el gobierno.
Lawrence Wilkerson, jefe del equipo de Colin
Powell cuando era Secretario de Estado, de 2001 a 2005, comentó que no
era posible que los Cinco Cubanos tuvieran un juicio justo en Miami:
Cuando el caso llegó al tribunal, un cambio
de sede estaba justificado y fue solicitado, debido a que ninguna corte
de Miami iba a ofrecerle un juicio justo a los Cinco, ya que la ciudad,
en gran parte, está en manos de algunos de los mismos cubano-americanos y
sus partidarios, que supuestamente han perpetrado estas atrocidades
contra el pueblo cubano y están preparados para invadir la isla. Pero la
moción del cambio de la sede fue rechazada. Y los Cinco, desde luego,
fueron condenados.
Wilkerson ha exigido la liberación de los Cinco Cubanos.
Así como también lo ha hecho el ex- presidente de EE.UU., Jimmy Carter, quien afirmó:
Creo que no hay razón para mantener a los
Cinco Cubanos en prisión, existen dudas en las cortes de EE.UU. e
incluso entre las organizaciones de derechos humanos en el mundo. Ahora,
ellos han estado en prisión 12 años, y espero que en un futuro cercano
sean puestos en libertad para retornar a sus hogares.
Profundizando para llegar a la verdad
El esfuerzo realizado durante varios años por
el Comité Nacional para la Libertad de los Cinco Cubanos, la
organización legal de derechos civiles Sociedad para la Fundación de la
Justicia Civil y, más recientemente, por el periódico Liberation (Liberación),
ha dado como resultado el descubrimiento de miles de páginas de
materiales, que no se habían hecho públicos antes, y son exponentes de
esta operación gubernamental.
Más de 2200 páginas de contratos entre
periodistas de Miami y de Radio y TV Martí—hechas públicas hasta ahora
por el periódico Liberation, a través de una petición de la Ley de
Libertad de Información (FOIA)--muestran la falacia de la existencia de
una prensa independiente en Miami.
Este es el primero de una serie de artículos acerca de estas nuevas revelaciones.
El BBG y su Oficina de Transmisiones hacia
Cuba (OCB), han operado Radio Martí desde 1985, y TV Martí desde 1990.
Ambas realizan transmisiones dirigidas hacia Cuba con la intención de
desestabilizar el gobierno. También transmiten directamente a Miami.
La Ley Smith-Mundt de 1948, que regula la
“diplomacia pública” de EE.UU. en el extranjero, como la Voz de las
Américas, Radio Europa Libre, Radio y TV Martí, etc., prohíbe al
gobierno de EE.UU. financiar actividades para ejercer influencia y hacer
propaganda dirigida a la opinión pública local, ver 22 U.S.C. § 1461.
El gobierno de EE.UU. ha invertido cerca de
quinientos millones de dólares en la OCB en Miami. Con un presupuesto
anual de cerca de $35 millones, la OCB y BBG ponen en sus nóminas a
periodistas locales para transmitir el mismo mensaje dentro y fuera de
los Estados Unidos, acerca de temas relacionados con Cuba, violando de
hecho la ley contra la diseminación de propaganda de EE.UU. dentro del
propio país.
Los documentos de fecha más temprana obtenidos
de BBG hasta ahora, datan del 1ro. de noviembre de 1999. A pesar de que
la petición FOIA, solicitando información acerca de los periodistas, es
anterior a la fecha del derribo de los aviones en 1996—que también
abarca la fecha del arresto de los Cinco en 1998—BBG se ha negado hasta
el presente a acceder a esta solicitud, alegando que esos contratos y
otros documentos han sido destruidos.
Estos contratos evidencian el pago del
gobierno de EE.UU. a periodistas en Miami, cuyos reportes constituían un
esfuerzo sostenido por crear una atmósfera de histeria y parcialidad
contra Cuba y los Cinco Cubanos. Dos de los Cinco Cubanos—Gerardo
Hernández, Antonio Guerrero, y pronto Ramón Labañino – han presentado
recursos de habeas corpus argumentando que sus derechos constitucionales
a tener un debido proceso fueron escandalosamente socavados por la
operación del gobierno en Miami y los pagos a los reporteros de Miami.
Los reportes de estos periodistas y sus
contratos con el gobierno, demuestran una estrecha asociación entre
Washington y los reporteros del ala derecha del exilio cubano.
Prominentes periodistas que publican tendenciosos temas en contra de
Cuba en los medios de Miami, son generosamente recompensados con
contratos de BBG.
Con sus sedes en Miami, Radio y TV Martí son
las únicas estaciones de propaganda de EE.UU. que operan fuera del área
de Washington, D.C. Trasladadas a Miami en 1997, ambas fueron capaces de
reclutar una cuadrilla de virulentos reporteros contrarios a Cuba.
Estos contratados por el gobierno de EE.UU.
sirvieron como invitados, presentadores, escritores y comentaristas
habituales, de programas como “Actualidad Mundial” (World Update), “Mesa
Redonda” (Roundtable) y otros noticiarios diarios. En otras palabras,
ellos dirigían y le daban forma al mensaje. A la vez que eran empleados
del gobierno de EE.UU., estos periodistas también se mantenían como
reporteros independientes cubriendo las relaciones entre Cuba y EE.UU.
en otros medios.
Tal es el caso de Pablo Alfonso y Ariel Remos.
Los reporteros condenan a los Cinco antes del juicio
Pablo Alfonso fue reportero de El Nuevo Herald
por largo tiempo. Los contratos revelados por el periódico Liberation, a
través de FOIA, muestran que Alfonso recibió pagos de BBG por $58
600.00 durante el proceso de acusación de los Cinco Cubanos, en el
periodo del 1 de noviembre de 1999 al 3` de diciembre de 2001. Le
pagaron en total, hasta el 22 de agosto de 2007, $252 325.00.
Ariel Remos es un viejo reportero y comentarista del Diario Las Américas.
Remos recibió pagos de BBG por $10 400.00, durante el proceso de
acusación de los Cinco — del 1ro. de noviembre de 1999 al 9 de febrero
de 2001. En total recibió como pago $24 350.00 hasta el 20 de noviembre
de 2006.
Durante el proceso de acusación de los Cinco,
ambos, Alfonso y Remos, escribieron explosivos artículos, que
aparecieron publicados en los medios de Miami, acusando al gobierno de
Cuba de asesinato.
Cargo falso de conspiración a asesinar
Hermanos al Rescate habían enviado
repetidamente aviones para invadir el espacio aéreo cubano en 1995 y a
principios de 1996, haciendo vuelos rasantes sobre los edificios de La
Habana y lanzando miles de volantes sobre la ciudad. Cuando HAR hizo
públicamente el anuncio de que volarían una vez más sobre el territorio
cubano el 24 de febrero, Cuba advirtió que se tomarían acciones directas
si los aviones los invadían nuevamente. Cuando los aviones atravesaron
el espacio aéreo cubano, fueron derribados.
La histeria y la demanda de venganza
invadieron prácticamente los medios de Miami en los días que siguieron
al derribo de los aviones.
A pesar de haber estado en Miami, no en Cuba, y
no haber participado en forma alguna en las acciones de Cuba para
defender su territorio, Hernández fue convertido en un chivo expiatorio.
Siete meses después de que los Cinco fueron arrestados, él fue acusado
de conspirar para cometer asesinato.
La jueza Joan Lenard alegó en el juicio que el
jurado -- el cual no estaba aislado y regresaba a sus casas cada día --
estaba suficientemente protegido de los medios de difusión, porque
tenía sus instrucciones de no oír las noticias durante el juicio. Pero
la comunidad de Miami ya había sido inundada por una cobertura dirigida a
inflamar los ánimos acerca del derribo de los aviones, casi cinco años
antes de que el jurado fuera seleccionado.
Alfonso y Remos estuvieron repicando
constantemente para condenar a Fidel Castro por el derribo de los
aviones, y entrevistaron a otros que demandaron su arresto por
“asesino.” Sus artículos llamaban a la exaltación y eran
sensacionalistas.
En 1999, mientras estaba bajo contrato del
gobierno de EE.UU., Remos entrevistó a Ralph Fernández, abogado de
Tampa, representante legal de José Basulto, presidente de Hermanos al
Rescate.
El artículo de Remos, fechado el 28 de noviembre de 1999, plantea:
… [E]n el caso Estados Unidos vs. Gerardo
Hernández, en el cual ha estado actuando Caroline Heck-Miler [sic] y
donde la cadena de mando y causal en la muerte de cuatro miembros de
Hermanos al Rescate – tres de ellos ciudadanos de EE.UU. y uno residente
– supuestamente arranca con Fidel Castro.
Castro, por tanto, está en el citado caso
acusado de asesinato y bajo investigación de asesinato; y pisar
territorio norteamericano, puede ser arrestado y traído ante la justicia
de este país. Tal es el criterio del abogado Fernández, y así lo acaba
de expresar a DIARIO LAS AMERICAS.
El daño creado por la asociación entre el gobierno y sus periodistas pagados se reforzó durante el juicio.
El juicio comenzó en noviembre de 2000 y concluyó en junio de 2001.
A los tres meses de iniciado el juicio
apareció un artículo de Ariel Remos en el Diario las Américas (Feb. 27,
2001), bajo el siguiente título: “Jeane Kirkpatrick pide a Ashcroft
encausar por terrorismo internacional a funcionarios cubanos.” El
artículo revela una carta al fiscal general de la nueva administración
Bush, John Ashcroft, escrita por Kirkpatrick, la embajadora
neo-conservadora de EE.UU. en Naciones Unidas durante la administración
Reagan.
El artículo destaca el reclamo hecho en la
carta a Ashcroft de que “en un juicio que se le sigue a cinco
funcionarios cubanos en la Florida, ha resultado la evidencia de que los
asesinatos [de los pilotos de Hermanos al Rescate-editor] fueron
premeditados,” así como también la queja de que “las más altas
autoridades que aprobaron este acto de terrorismo de estado, no han sido
todavía encausados.”
El “acuerdo” entre el gobierno y los
periodistas que estaban cubriendo a Cuba y la acusación de los Cinco
Cubanos impactó claramente – o, mejor dicho, negó – la posibilidad de un
juicio justo en Miami.
Pero el gobierno en su “Respuesta en
Oposición”, del 25 de abril de 2011, a una moción presentada por Gerardo
Hernández, que apela su sentencia de doble cadena perpetua, plantea una
simple defensa del tipo “nunca me podrás atrapar”.
La reciente respuesta del gobierno presentada
por los abogados del Departamento de Justicia de la administración
Obama, argumenta que los artículos escritos por los periodistas pagados
por el gobierno no podían haber tenido impacto alguno debido a que A)
fueron publicados antes de que comenzara el juicio; o B) fueron
publicados después de que comenzó el juicio y el jurado estaba
conformado y advertido por la jueza en cuanto a no ser influenciado por
los medios.
Por lo tanto, según el gobierno, la cobertura
hostil e inflamatoria de los medios nunca pudo ser perjudicial para los
acusados. Sus millones de dólares bombeados a los medios llamados
“independientes” en Miami no tiene ninguna importancia o es incorrecta.
Sin embargo, los fiscales de EE.UU. sabían que
las instrucciones de la jueza eran insuficientes para proteger el
proceso del juicio de la influencia indebida de los medios, como se
demostró por la moción del gobierno presentada por la fiscal Caroline
Heck-Miller en diciembre de 2000. El gobierno solicitó una orden de
silencio para prohibirle a la prensa citar a los testigos potenciales --
preocupados que estos testigos ayudarían a la defensa.
La moción fue presentada después que un
testigo potencial, Richard Nuccio, había expresado su disgusto al
conocer que el FBI fue advertido, antes del derribo de los aviones, de
que esto podría ocurrir.
En la moción del gobierno se planteó: “…el
jurado en este tribunal ha sido estrictamente instruido de no leer los
reportes de la prensa acerca del caso, y no hay razón para creer que
ellos no hayan considerado sus instrucciones. Sin embargo, el comentario
desenfrenado por personas que están designadas como testigos en este
asunto, contrariamente a las claras directivas de la Corte, plantea
riesgos al proceso que ninguna de las partes habrían de soportar.”
(Énfasis añadido)
El gobierno sabía y admitió que los medios
podían influenciar al jurado. Y continuó pagando a los reporteros que
estaban haciendo precisamente eso.
Creando un clima de histeria
La cobertura fue más allá de noticias
corrientes, con el fin de crear el espectro de una supuesta amenaza que
los acusados y Cuba deparaban para los Estados Unidos.
El 16 de septiembre de 1998, cuatro días
después del arresto de los Cinco, Pablo Alfonso publicó una acusación
sin fundamento y altamente inflamatoria, acerca del enlace de Cuba y sus
agentes con el terrorismo. La misma apareció en El Nuevo Herald, con el
título “Posible Alianza con el Terrorismo.”
Alfonso escribe:
La sorprendente ofensiva contra una supuesta
red de espías cubanos en Miami podría ser una acción destinada a
prevenir una posible colaboración del gobierno de Cuba con países
involucrados en acciones terroristas contra Estados Unidos, según
expresaron expertos en asuntos militares y de inteligencia a El Nuevo Herald.
En su artículo, Alfonso cita a Orestes
Lorenzo, un ex-mayor de la Fuerza Aérea cubana, quien desertó a los
Estados Unidos en 1991:
“Es ridículo suponer que el ejército cubano
puede hacer algo serio ante el poderío militar norteamericano'', indicó
Lorenzo. “Sin embargo, si pensamos en términos de servicios prestados a
grupos terroristas o naciones como Libia, Irán u otras por el estilo,
las cosas cambian''.
Lorenzo dijo que no le sorprende que el
régimen de Fidel Castro está “prestando o vendiendo sus servicios de
inteligencia'' a grupos terroristas islámicos o naciones poderosas
interesadas en llevar a cabo actos terroristas en territorio
norteamericano.
El infundamentado artículo de Alfonso finaliza
convirtiendo en un hecho la especulación del vínculo de Cuba con los
grupos terroristas “islámicos”.
Este tipo de reportes contribuyó al contexto y
al clima político que enfrentaron los Cinco Cubanos a continuación de
su arresto y durante todo el tiempo de su juicio, durante las
deliberaciones del jurado, y por último la sentencia. Cuba fue reflejada
por los medios de Miami como una entidad terrorista.
Wilfredo Cancio Isla, según
los contratos publicados por el periódico Liberation, recibió $4 725.00
desde el 30 de septiembre de 2000, al 3 de diciembre de 2001 -- fechas
incluidas en el periodo del proceso de acusación de los Cinco. Su
contrato P109-1036 con Radio Martí lo comprometía a un “debate” de
participación semanalmente en la estación hasta el 30 de septiembre de
2001. En total le pagaron $21 800.00 hasta el 20 de noviembre de 2006.
Durante este mismo periodo, Cancio publicó en El Nuevo Herald
acusaciones no fundamentadas del gobierno que al jurado no le era
permitido oír en la sala de la corte. Pero estas acusaciones aparecerían
en la prensa para que todos las leyeran, incluyendo el jurado, que no
estaba aislado.
El 4 de junio de 2001, el día que el jurado iba a comenzar las deliberaciones, apareció un artículo de Cancio en El Nuevo Herald con el siguiente encabezamiento: “Cuba usó alucinógenos al adiestrar a sus espías.”
Este inflamatorio artículo—supuestamente
basado en información procedente de un anónimo “Un espía cubano
desertor”—afirmó que Cuba les suministró LSD y otros alucinógenos para
“modificar el comportamiento” para objetivos de “inteligencia y
contrainteligencia.”
El supuesto ex-espía desertor “anónimo”, quien
usaba dos seudónimos, Alex y José, vincula convenientemente la
acusación de la droga con los Cinco Cubanos. Cancio escribe:
Cuba experimentó con técnicas de hipnosis y
alucinógenos para “modificar el comportamiento” de numerosos agentes,
que fueron enviados al extranjero ... "Entre estos alucinógenos estaban
el psilocybin y el LSD. ..." [como describió mediante su fuente, Alex]
‘Puedo asegurar que la Red Avispa
(desarticulada en septiembre de 1998) es apenas una porción del trabajo
de espionaje que se había concebido para infiltrar a Estados Unidos a
largo plazo,’ senaló Alex, que vive ahora en el Sur de la Florida. (Red
Avispa es una referencia a los Cinco Cubanos.)
Está claro que los Cinco Cubanos son
prisioneros políticos, que fueron víctimas de la despiadada propaganda
en contra de Cuba generada por sus propios acusadores, el gobierno de
EE.UU.
Más de 2,200 páginas de contratos obtenidas por el periódico Liberation
— concertados entre las estaciones de propaganda de EE.UU., Radio y TV
Martí, y periodistas de Miami que se hacían pasar por prensa
independiente — ponen al descubierto la estrecha asociación existente
entre el gobierno de EE.UU. y los reporteros del ala de extrema derecha
del exilio cubano en Miami.
Los Cinco Cubanos son hombres de nacionalidad
cubana, quienes estaban en una misión en Miami, que tenía el fin de
detener el terrorismo con base en EE.UU., dirigido contra Cuba. Estos
hombres fueron arrestados en 1998 por el FBI, y puestos en prisión, por
tratar de revelar una nueva ola de acciones de violencia contra Cuba,
procedente de Miami. Al buscar de obtener una sede para el juicio fuera
de esta ciudad, los Cinco hicieron referencia a la predisposición contra
Cuba dominante en Miami, pero la jueza rechazó sus numerosas
solicitudes.
Con el descubrimiento — después del juicio —
de los periodistas de Miami pagados por EE.UU., el Comité Nacional por
la Libertad de los Cinco Cubanos, el periódico Liberation, y la
organización de derechos civiles legales, el Fondo de la Sociedad para
la Justicia Civil, iniciaron una investigación acerca de la forma en que
el clima contra Cuba existente en Miami, es financiado y apoyado por el
gobierno de EE.UU., aunque le está prohibido legalmente difundir
propaganda dentro del país.
Las organizaciones antes mencionadas han
documentado la extensa cobertura hecha en los medios por reporteros
pagados por el gobierno.
PERIODISTAS DE MIAMI CON ANTECEDENTES COMO TERRORISTAS
Algunos de los periodistas de Miami que se
encuentran en la nómina de pago del gobierno, tienen historia de apoyo a
los ataques con armas contra Cuba. Otros les dieron una cobertura
altamente favorable a las organizaciones terroristas de Miami que abogan
por la violencia para derrocar al gobierno cubano.
Miami posee la exclusiva distinción en los
Estados Unidos de albergar a organizaciones y ciudadanos particulares
que son terroristas, con todo el conocimiento y muchas veces, el apoyo
de Washington. Estos grupos han llevado a cabo numerosos ataques
violentos contra el pueblo cubano con total impunidad. Más de 3,400
cubanos han sido asesinados por ataques terroristas.
Washington, a través de varias agencias
gubernamentales, tiene un largo historial de armar y entrenar a
terroristas contra Cuba en Miami. También, como se ha revelado, posee un
patrón desarrollado de incluir en las nóminas de pago de Radio y TV
Martí, a individuos que han propugnado y apoyado acciones violentas
contra Cuba. Los cuarteles generales de estas estaciones se encuentran
en Miami, bajo la influencia y dirección de la extrema derecha cubana
residente en Miami.
ENRIQUE ENCINOSA
Enrique Encinosa, quien ha defendido los
ataques con bombas de los hoteles cubanos, fue empleado por el gobierno
de EE.UU., mientras estaba trabajando como director “independiente” de
noticias, en la poderosa estación de radio en lengua española del ala
derecha en Miami.
Durante el proceso de acusación de los Cinco
Cubanos, Encinosa difundió regularmente noticias en la WAQI Radio de
50,000-watt de Miami (“Radio Mambí”), y fue un comentarista frecuente
acerca de su arresto y acusación. Él recibió $5,200 por presentar un
programa semanal en Radio Martí, desde el 1ro de octubre de 2000, hasta
el 30 de septiembre de 2001, para un total de $10,400. El juicio de los
cubanos abarcó ese periodo, pues se celebró del 27 de noviembre de 2000,
al 8 de junio de 2001.
Encinosa alardeó en una entrevista de radio
en Internet: “Yo arribé a los Estados Unidos en 1961. Llegué a estar
involucrado en organizaciones paramilitares en contra de Castro cuando
tenía 16 años. Participé en varias operaciones militares y secretas en
Cuba siendo un hombre muy joven. También trabajé de capa y espada en
operaciones encubiertas …” La entrevista fue en 2010.
Antes, en 2005, en una entrevista para el
documental “638 formas de matar a Castro,” Encinosa apoyó la explosión
de las bombas que estremecieron los hoteles de La Habana en 1997, una de
las cuales mató al turista italiano Fabio Di Celmo. En el filme
Encinosa dice: “Yo personalmente pienso que es un método
aceptable. Es una manera de dañar el negocio del turismo. El mensaje que
usted, uno, trata de lograr es que Cuba no es un buen lugar para los
turistas. Entonces, si Cuba no es un buen lugar para los turistas porque
hay unas pocas ventanas siendo voladas en los hoteles, eso está bien.”
Mientras los Cinco estaban monitoreando los
planes de los terroristas de Miami a fines de la década de los 90,
Encinosa era co-presentador en una estación de radio clandestina de onda
corta en Miami llamada “La Voz de la Resistencia.” Esta estación estuvo
trasmitiendo hacia Cuba semanalmente, y Encinosa convocaría a los
oyentes a realizar ataques violentos contra objetivos económicos, así
como también a abogar por los asesinatos de personalidades cubanas.
Los Cinco estaban comprometidos en una misión
anti-terrorista, y nunca poseyeron un arma en Miami. Pero fueron a
menudo descritos falsamente como secundadores del terrorismo por los
periodistas de Miami.
En una entrevista varios días después del
arresto de los Cinco Cubanos, publicada el 21 de septiembre de 1998 en
El Nuevo Herald, Encinosa, quien fue citado como un experto en
inteligencia, declaró que los arrestos tuvieron lugar porque la
inteligencia de EE.UU. “haya detectado o tenga indicios de que esta
información [supuestamente recopilada por los Cinco] está transitando
por organizaciones terroristas fuera de Estados Unidos”.
JULIO ESTORINO
La historia de Julio Estorino incluye la
membresía en la Junta Patriótica Cubana, la cual fue constituida a
principios de los años 80 del pasado siglo. Esta propugnaba la violencia
contra el gobierno cubano.
El curriculum de Estorino — de los documentos de la BBG obtenidos por el periódico Liberación
— muestra que es empleado por el gobierno de EE.UU. al menos desde
fecha tan lejana como marzo de 1998, varios meses antes del arresto de
los Cinco Cubanos.
Su curriculum establece claramente:
“Empleador: Gobierno de EE.UU., Oficina de Trasmisiones a Cuba … Miami
Florida.” Aún no es posible conocer el monto total que Estorino recibió
de la BBG, porque la agencia no ha presentado todavía documentos
anteriores a noviembre de 1999. Pero el material obtenido por el
periódico Liberation, muestra que le fueron pagados $14,950 desde el16 de octubre de 2002 al 31 de enero de 2004.
Durante el mismo periodo que Estorino estaba
empleado por el gobierno de EE.UU., era también 1) Director Ejecutivo de
un programa matutino de noticias de la estación de radio WACC del ala
de la derecha de Miami; 2) Presentador de un programa vespertino diario
de entrevistas, “El Portal”, de la misma estación; y 3) Co-presentador
de “Al Día,” un programa diario de noticias y de opinión.
Desde 1997, ha sido columnista regular del
periódico de Miami, Diario Las Américas. En los días del arresto de los
Cinco Cubanos, Estorino escribió varios artículos para el Diario Las
Américas acerca de su caso.
En un artículo, el 18 de septiembre de 1998,
encabezado, “Los espías de La Habana y las intenciones de Washington,”
Estorino escribe:
A lo largo de su prolongado reino de terror
[Fidel Castro], muchos han sabido y casi todos hemos supuesto que,
efectivamente, aquí, en este país, en Miami, entre nosotros, se mueven y
actúan agentes del castrato con diversas misiones, ninguna de ellas muy
buena que digamos.
Cuando los Cinco Cubanos fueron arrestados el
12 de septiembre de 1998, se inició inmediatamente un clamor por parte
de varios de los más prominentes periodistas pagados por EE.UU. para que
a los Cinco les fueran formulados cargos por la muerte de cuatro
pilotos de Hermanos al Rescate (BTTR), que fueron derribados por Cuba,
cuando invadieron el espacio aéreo cubano. Cuba había advertido a la
administración de Clinton que no serían toleradas por más tiempo
próximas invasiones de BTTR al territorio cubano.
Desde la fecha del derribo de los aviones, el
24 de febrero de 1996, hasta la formulación de cargos a uno de los Cinco
Cubanos, Gerardo Hernández, el 8 de mayo de 1999, sobre falsas
acusaciones de “conspiración para cometer asesinato,” la cobertura en
Miami fue violenta, más allá de tener alguna apariencia de un reporte
objetivo.
Algunos de los reportajes también lanzaban una red de culpabilidad sobre los Cinco Cubanos en conjunto.
Estorino escribió en un artículo publicado en el Diario Las Américas el 14 de mayo de 1999, titulado “Premeditación y alevosía”:
El gobierno de los Estados Unidos ha acusado
formalmente a varios agentes de la dictadura castrista que actuaban en
el sur de la Florida, de conspiración para asesinar, con motivo del
derribo de los aviones de Hermanos al Rescate y su trágico saldo de
cuatro muertos, el 24 de febrero de 1996.
Todo esto debe ser probado y no debe ser muy difícil hacerlo. …
Cuarenta años hemos esperado los exiliados
cubanos para que se empiece e reconocer, tácitamente siquiera, que no
han sido exageradas, ni tergiversadas, ni mentirosas nuestra denuncias
sobre la vileza y la maldad de Fidel Castro y del sistema de gobierno
por él impuesto a nuestro pueblo. Esa vileza y esa maldad tocan ya la
geografía de los Estados Unidos y a ciudadanos de este país y es hora de
que se actúe en consecuencia: que sea encausado Fidel Castro también y
junto con él, todos los que tuvieron participación en este crimen
infame.
Es hora de que se haga justicia.
ALBERTO MÜLLER
Alberto Müller salió de Cuba para los Estados
Unidos en 1960, y formó un grupo llamado Directorio Revolucionario
Estudiantil (DRE), que llevó a cabo ataques terroristas dentro de Cuba,
incluyendo la explosión de bombas en La Habana. Con entrenamiento de la
CIA, se infiltró en Cuba en 1961 para tratar de organizar acciones
paramilitares en las montañas del Escambray, justo antes de la invasión
de Bahía de Cochinos.
Müller fue capturado y condenado por ataques
terroristas. Después de 20 años en prisión y de estar exiliado en los
Estados Unidos, Müller se convirtió en reportero en Miami.
Los contratos de la BBG obtenidos por el periódico Liberación
muestran el pago de $38,571 del gobierno a Müller, desde el 1ro de
octubre de 2004, al 31 de marzo de 2010. Anteriormente, durante el
juicio de los Cinco, él escribió incendiarios artículos acerca de los
Cinco Cubanos y el derribo de los aviones de BTTR.
BBG hasta ahora no ha emitido información relativa al empleo por su parte de reporteros de Miami antes de noviembre de 1999.
El 20 de febrero de 2001, Müller escribió un artículo particularmente venenoso, titulado “Asesinos” en el Diario Las Américas:
Los últimos minutos de vida de los cuatro
pilotos derribados en aguas internacionales por aviones MiGs castristas
han quedado filmados y grabados para la posteridad.
Lo que nos faltaba por escuchar...a viva
voz...sin cortapisas sin pudor alguno...con acento de calculada
premeditación sangrienta....los subalternos solicitando al comandante en
jefe la orden para pulverizar con un cohete soviético a las avionetas
indefensas de Hermanos al Rescate...Se cumplen cinco años del horrendo
crimen cometido en aguas internacionales. Por tal razón el hecho debe
ser potestad jurídica y humanitaria de todos los organismos de justicia
humana, desde el Tribunal Internacional de la Haya hasta la Comisión de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
La Confesión del Crimen... en la propia voz
del verdugo subalterno... la hemos escuchado al fin con absoluto
claridad.... durante el juicio a los espías castristas infiltrados en
Miami.
Que más falta ahora para tomar la decisión
de sentar a Fidel Castro. Qué más falta ahora para tomar la decisión de
sentar a Fidel Castro ante un Tribunal Jurídico Internacional? Pues nada
más. Todos los elementos indagatorios están a la mano.
Ningún crimen debe queda impune.... pero el
que se ejecuta a cielo abierto... contra seres humanos indefensos que
sobrevolaban aguas internacionales en busca de balseros cubanos en
altamar, merece el repudio irrestricto e inequívoco de toda la
humanidad... por su carácter genocida y sucio”. [Nota del editor: Los
marcos tipográficos de elipse son de Múller.]
…
El hecho es tan detestable por su naturaleza
criminal contra la humanidad que sugiere un banquillo para los
acusados, ya sean verdugos subalternos o verdugos de jefatura máxima.
DOCUMENTOS REVELADOS RECIENTEMENTE ESTÁN DISPONIBLES PARA SER VISTOS POR EL PÚBLICO
Debido al fuerte interés en las miles de páginas de material de contratación para los medios de Miami, que el periódico Liberación
obtuvo, y que constituyen las bases para este análisis y las series de
reportes, estamos poniendo a disposición del público los documentos para
su lectura y comentarios en www.ReportersforHire.org. Hemos escaneado
los materiales y los hemos convertido en textos que pueden ser
localizados con reconocimiento de carácter óptico.
Estos materiales contienen información acerca
de los contratos de BBG con los medios de Miami, incluyendo, por
ejemplo, la revelación de que Enrique Patterson, un prominente
periodista de Miami, recibió $135,350 del gobierno de EE.UU. entre
noviembre de 2002 y junio de 2007.